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domingo, enero 31, 2016

Aprende a vivir sin deudas!


¿Sabías que una una gran parte de los latinos gasta más de lo que gana?¿y que una familia promedio dedica más recursos a pagar sus deudas cotidianas que para financiar la educación de sus hijos? Muchas personas gastan excesivamente y lo hacen de la peor manera!




Este error no es sólo culpa de las personas, sino también de muchas instituciones que promueven excesivamente el consumo, y de algunas autoridades que no cumplen su labor de fomentar una cultura del ahorro y propiciar hábitos de austeridad entre la población.

Por otra parte, los bancos y algunas tiendas departamentales han seguido expidiendo tarjetas de crédito como si fueran volantes, muchas veces a personas que no cuentan con un historial adecuado ni respaldo de ingresos que lo justifique. Esto ha propiciado un crecimiento desmedido de la cartera vencida de algunos bancos, cuyos indicadores de morosidad han aumentado en más de 20% en el último año.

Así es como se inició la crisis hipotecaria en los Estados Unidos. Las empresas otorgaron millones de dólares en créditos a familias que no tenían capacidad de pago. Esto fue lo que destapó la crisis financiera que ahora involucra a empresas, gobiernos y personas en todo el mundo.

Los sistemas de crédito tienen como objetivo fundamental mejorar los niveles de bienestar de las personas y familias, ya que de esta forma pueden adquirir bienes y servicios, haciendo pagos parciales a plazos establecidos previamente. Mediante estos préstamos, la persona paga una tasa de interés pactada entre las partes, y en caso de incumplimiento acepta cubrir cargos moratorios.

Los sistemas de financiamiento están orientados principalmente al consumo, mediante el uso de las tarjetas de crédito, y a la adquisición de bienes de uso duradero, como son automóviles y muebles para el hogar. Hace apenas tres años, había en México nueve millones de tarjetas de crédito bancarias, en 2008  contamos con más de 22 millones de estas tarjetas.

Las deudas por concepto de tarjetas de crédito son un fenómeno creciente en todo el mundo. Una estadística internacional al respecto, muestra que estos endeudamientos son muy variables en diversos países. Por ejemplo, en Japón estos adeudos no llegan al uno por ciento del ingreso disponible de las personas, en Sudáfrica el 7%, en Estados Unidos el 10%, y en México el 11%.

En una encuesta reciente se encontró que las familias mexicanas aplican el 11% de sus ingresos al pago de deudas cotidianas y solamente el 9% a la educación. El 30% de las personas manifestaron gastar más dinero del que ganan, un dato impresionante que confirma la escasa planeación financiera de la mayoría de los mexicanos.

Este estudio nos permitió conocer la baja penetración del sistema bancario y de sus altos costos. El 80% de de las transacciones comerciales se pagan en efectivo y el 11% con tarjetas de crédito. Por cierto, sólo el 25% de la población mexicana tiene acceso al sistema financiero (créditos, bancos, inversiones, etc.), un porcentaje muy inferior al de otros países, como Brasil (43%), Chile (60%), Estados Unidos (91%), España (95%), Francia (96%). 

El desarrollo limitado del sistema financiero en México, explica de alguna manera el alto costo de los créditos al consumo. Las tasas de interés anual que cobran los bancos extranjeros en México son mucho más elevadas que las que ofrecen en sus países de origen. Por ejemplo, Santander cobra casi el doble del interés que carga en España y Citibank casi cuatro veces de lo que cobra en Estados Unidos. Por su parte, las tiendas departamentales otorgan créditos con tasas que van del 30% al 60%.

Creemos que es obligación de las instituciones bancarias y financieras ofrecer información precisa y objetiva sobre las condiciones de los créditos que otorgan, de tal forma que los usuarios puedan tomar decisiones inteligentes, tomando en cuenta las ventajas y desventajas de cada caso. 

Por su parte, las autoridades deben promover toda clase de acciones para crear y fortalecer una cultura financiera entre la población, para lograr que todas las personas estén informadas sobre los montos que pueden pagar en un plazo determinado.

Las deudas por concepto de tarjetas de crédito son un fenómeno creciente en todo el mundo. Una estadística internacional al respecto, muestra que estos endeudamientos son muy variables en diversos países. Por ejemplo, en Japón estos adeudos no llegan al uno por ciento del ingreso disponible de las personas, en Sudáfrica el 7%, en Estados Unidos el 10%, y en México el 11%.

Los consumidores deberían estar permanentemente conscientes de su verdadera capacidad crediticia, así como de sus limitaciones para adquirir un financiamiento, y poder convertirse con ello, en personas más responsables y eficientes en el uso de sus recursos económicos.

Aunque podemos echarle la culpa a los bancos y a los promotores que a todas horas nos hablan y casi nos persiguen para entregarnos tarjetas de crédito que no hemos solicitado, la verdad es que somos nosotros mismos quienes podemos decirles que no las aceptamos o, en su caso, si las usamos debemos aprender a hacerlo de manera responsable, cuidando los plazos y montos de pago, y tratando de aprovechar un crédito que podemos aplicar en nuestro favor sin tener que cubrir pagos por concepto de intereses, que pueden ser el origen de adeudos ruinosos para nuestra economía personal.

Para finalizar , insistimos en que es necesario prepararnos para poder llevar un mejor manejo de nuestras tarjetas de crédito, saber cómo funcionan y cuánto es lo que nos cobran por un crédito. Es urgente que aprendamos a utilizarlas bien, porque si tienen muchas ventajas, debemos aprender a sacarles partido para aprovecharlas mejor y hacer lucir más nuestro dinero.

Por esta razón es que en nuestro Taller  sobre el manejo del tiempo, incluimos también el manejo del dinero, sabemos que esa información es necesaria, ya que no nos la enseñan ni en el hogar ni en la escuela. En el Módulo del Manejo del dinero se incluye además de consejos de cómo enfocar mejor nuestros gastos y darles seguimiento para saber qué hacemos con el dinero, también les damos una serie de consejos útiles y prácticos sobre el manejo de las tarjetas de crédito, para que en lugar de que les tengas miedo y vivas agobiado, sepas cómo sacarles partido a tu favor. Si quieres disfrutar más de la vida cada día, aprende el uso de tus tarjetas de crédito, porque no hay nada más satisfactorio que vivir sin deudas.

Otra recomendación para que utilices tu dinero, planeando hacia delante y no cubriendo errores anteriores, es darle seguimiento a tus gastos diarios. Para ello te recomendamos nuestro programa MisGastos 2010, en el que con tan solo registrar tus gastos, obtendrás automáticamente toda la información que necesitas para tomar mejores decisiones de compra. ¡Mantente atento a nuestra página!

Advertencias: TIENES DEUDAS?




Tienes deudas? debes tener cuidado!



  • Trata de no dar muchos datos personales a una agencia recaudadora, ya que todo lo que uno dice se inscribe en un archivo. Procura que las conversaciones sean breves y buenas. No caigas en la tentación de responder preguntas personales.
  • Evita la tentación de los préstamos anticipados de día de pago a toda costa. Es una “solución” rápida que hará que te metas en un problema de deudas cada vez más grave. Antes de incluso pensar en adquirir un préstamo de día de pago, considera otros recursos: familiares y amigos, garantía hipotecaria y un programa para deudores anónimos.
  • No te precipites. Cerrar las cuentas de tarjetas de crédito renovable en realidad puede disminuir tu puntaje crediticio. Esto puede acortar la duración de tu historial crediticio informado y hacerte parecer menos solvente. Elige cuidadosamente qué tarjetas cancelarás. Puedes evitar este problema manteniendo las tarjetas más antiguas y deshacerte de las más recientes. Sin embargo, aún deberás considerar las diferentes tasas cuando elijas las tarjetas vas a cancelar.
  • Si fijas un monto para pagar a un acreedor que es menor de lo que debes, esa cuenta se reflejará negativamente en tu informe crediticio. Es mejor saldar las tarjetas y el saldo adeudado al 100%.
  • Si vives en EE. UU. y vas a usar una empresa de liquidación, asegúrate de que sean miembros registrados de la organización Buenas Prácticas Comerciales (BBB, por su sigla en inglés) y que tengan muy pocos o ningún reclamo. Si existe algún reclamo, asegúrate de que se hayan resuelto en base a los requerimientos del cliente.
  • Las deudas y gastar compulsivamente son un hábito perjudicial, igual que el alcoholismo o cualquier otra adicción. Gastar puede ser un escape o se puede utilizar para encubrir problemas más profundos. Consulta con un profesional o con un programa para deudores anónimos si sientes que tienes un problema.
  • Ten cuidado con las tarjetas de crédito de transferencia de saldo con un bajo interés. Su tasa por incumplimiento siempre te endeudará más.


Fuente: WikiHow

Quieres salir de las deudas? aqui algunos consejos!


Sigue estos consejos para salir de tus deudas!



  • Cuando pagues parcialmente la deuda, realiza los pagos mínimos en todo, excepto el de la factura con el menor monto a pagar. Una vez que la saldes, pasa a la siguiente factura con el menor monto a pagar. Este es otro truco sicológico, que te mantendrá trabajando en el plan porque verás un progreso.
  • Hay 3 métodos para saber a quién pagar primero. Empieza por pagar la tasa de interés más alta, por cancelar la deuda mayor o por cancelar la más baja. Cada una tiene ventajas. Pagar primero la deuda más baja te dará la mayor satisfacción y pauta para el progreso, pagar primero la tasa de interés más alta te ofrecerá el mayor rendimiento de tu dinero y pagar primero la deuda mayor te aliviará. Sin embargo, es importante ser metódico.
  • Págate primero. Muchas personas endeudadas colocan primero a sus acreedores y a sí mismas al final. Crea una categoría en tu presupuesto para un fondo destinado a imprevistos, que te ayude a amortiguar los gastos. Los artículos sabios que leerás te dirán que este amortiguador debe tener entre 3 y 6 meses de gastos. No te dejes confundir. Ahorrar algo, cualquier monto, para destinarlo a los gastos inesperados (por ejemplo, para reemplazar la transmisión de tu automóvil) es un gran comienzo.
  • No consideres la consolidación de deuda ni las agencias de asesoría crediticia para el consumidor como tu primera opción. ¡Estas deben ser el último recurso! Si bien son tentadoras, si vas a tomar las riendas de tu vida, hacerlo por tu cuenta te ayudará a aprender las habilidades que necesitas para solucionar tu propio problema y evitar que estés en esa situación de nuevo.
  • Recuerda que los pagos mínimos conducen al monto máximo de dinero que se paga con el tiempo. Pagar más del monto mínimo destina más dinero al saldo, lo que disminuye el monto de dinero que terminarás pagando en total. Ten en cuenta que algunos acreedores desaprueban esta práctica.
  • ¿Puedes ganar más? La mayoría de las personas puede encontrar una forma de obtener más ingresos sin mayor problema. ¿Tienes una habilidad o un pasatiempo del cual podrías obtener algunos ingresos? ¿Tienes artículos almacenados o la capacidad de crear algo que las personas querrían comprar en sitios como MercadoLibre? De ser el caso, este dinero podrías destinarlo directamente a pagar la deuda. Además, este podría constituir para ti toda una nueva corriente potencial de ingresos con el tiempo.
  • Si quieres algo, ahorra para luego comprarlo. Solo debes financiar artículos que sean absolutamente necesarios (para el hogar y el automóvil). No financies muebles, electrodomésticos pequeños ni vacaciones. Si no puedes pagarlo en efectivo, entonces no lo puedes costear.
  • Haz un gráfico que muestre cuánto debes dividido entre a quiénes le debes (asegúrate de incluir la tasa de interés en este gráfico de menor a mayor). Empieza pagando a cada acreedor mensualmente y, cuando pagues un artículo totalmente, toma lo que les pagaste cada mes y destínalo al pago del segundo artículo más costoso hasta que hayas pagado todas las deudas a excepción del más costoso. En ese momento, todos los pagos mensuales que hayas realizado a los demás acreedores se destinarán al más costoso (muy probablemente la hipoteca de la casa) y podrás saldarlo más rápido de lo que piensas. También podrías hablar con tu banco local o cooperativa de crédito sobre sus programas acelerados de hipoteca. Estos programas ayudan a reducir rápidamente el capital de la hipoteca, ya que permiten reducir el interés del préstamo.
  • Usa dinero en efectivo lo más que puedas. Pagar en efectivo tiene un impacto sicológico más importante que el plástico. Sentirás que gastas más dinero, por lo que no gastarás tanto.
  • Visita a un asesor de crédito. Existen empresas de asesoría crediticia que ayudan a los consumidores al ofrecerles planes de reducción de la deuda para abordarla. Básicamente, tendrás que reunirte con un asesor y diseñará un plan para reembolsar tus préstamos. El asesor negociará con los prestamistas en tu nombre para conseguir la tasa más baja, lo que a su vez reducirá tus pagos mensuales y mantendrá intacta tu calificación crediticia. Los asesores de crédito trabajan para empresas privadas, así como para organismos gubernamentales o empresas sin fines de lucro. Ten cuidado: mucho de lo que estas personas pueden hacer lo puedes realizar tú mismo. Lee la letra pequeña para asegurarte de que comprendas los cargos implicados. Asegúrate de que tu calificación crediticia tampoco se afecte de manera negativa.

Fuente: Wikihow

Cómo salir de las deudas

Salir de una deuda y mantenerse sin una deuda no es fácil. Lo más probable es que leas el presente artículo porque ya hayas acumulado una deuda cuantiosa y pienses que es imposible salir de ella. Aprende a dejar de contraer nuevas deudas y cambiar tu vida para siempre.


  1. Imagen titulada Get Out of Debt Step 1
    1
    Deja de aumentar tu deuda. Si tienes alguna tarjeta de crédito al límite, córtala por la mitad. Si tienes más de una tarjeta de crédito restante, córtalas. Una vez que termines, solo te quedará una tarjeta de crédito.
    • También corta toda tarjeta “conveniente”, como las del combustible, las de los centros comerciales, etc. Utilizarás esa única tarjeta de crédito para comprar solo “cosas de emergencia” y las que sepas que podrás saldar en poco tiempo hasta que puedas controlar por completo tus gastos.
  2. Imagen titulada Get Out of Debt Step 2
    2
    Registra tus gastos. La idea de anotar cuánto gastas es un concepto que la mayoría encuentra molesto en el mejor de los casos e inútil en el peor. Sin embargo, esto es en realidad la clave para salir de las deudas. Estás endeudado porque gastaste dinero que no tenías.
    • Si eres como la mayoría de las personas, tu deuda no proviene de solo realizar una gran compra, sino de gastos menores acumulados con el tiempo. Evitar más deudas empieza con saber en qué gastas tu dinero. Todos los días de un mes (por lo menos), anota cada centavo que gastes, por pequeño que sea.
  3. Imagen titulada Get Out of Debt Step 3
    3
    Clasifica tus gastos. Clasifica tus gastos mensuales en grupos razonables de “imprescindible”, “prescindible” y “deseable”. Las cosas “imprescindibles” son aquellas que causarán daños si no las compras: comida, alquiler, medicinas, comida para animales, etc.
    • Las cosas “prescindibles” son aquellas que necesitas, pero puedes prescindir de ellas por un tiempo: ropa nueva para el trabajo, membresía del gimnasio, etc. Las cosas “deseables” son aquellas que no necesitas, pero mejoran tu vida: suscripciones a revistas, periódicos, televisión por cable, salir a tomar un café con tus amigos cada semana, mensajería instantánea en tu teléfono, etc.
    • Al hacerlo, tendrás una mejor idea de en qué gastas tu dinero y descifrarás en qué necesitas reducir tus gastos. No tienes que eliminar todas las cosas “prescindibles” y “deseables”, pero échales un vistazo primero. Uno de tus gastos saldará tu deuda. Siempre tendrás que pagar más del monto mínimo requerido; en caso contrario, te tomará mucho tiempo eliminar tu deuda.
    • Por ejemplo, una tarjeta de crédito solo con un saldo de $1.000 y 19% de interés te tomará unos 5 años saldar si pagas un monto mínimo de $26. Al pagar este monto mínimo, gastarás $1.556,4 con un total de interés pagado de $556,4. Realizar solo el pago mínimo equivaldrá a dar 55% más de lo que realmente pediste prestado.
  4. Imagen titulada Get Out of Debt Step 4
    4
    Elabora un presupuesto basado en el registro de tus gastos. Anota el monto gastado el mes pasado en cada categoría de gastos para presupuestar los gastos del mes siguiente. No te impacientes si sientes que el monto es excesivo. Por el momento, solo escríbelo. Si gastaste $250 en ropa el mes pasado, escríbelo. Si gastaste $200 en combustible para tu automóvil el mes pasado, también anótalo.
  5. 5
    Usa únicamente dinero en efectivo. Si estás en aprietos por la manera que usas tu tarjeta de crédito, asígnate un monto determinado para gastar al mes, por ejemplo, en las compras del supermercado. Lleva $50 contigo al supermercado (si ese es tu monto presupuestado) y solo gasta esa cifra. No podrás gastar más porque efectivamente no tendrás más.
  6. Imagen titulada Get Out of Debt Step 5


    6
    Calcula el monto que utilizarás para pagar parcialmente tu deuda. Al revisar tu nuevo presupuesto, podrás ver los campos en los cuales podrías recortar gastos. También podrías ver las categorías en las que necesitarás gastar más.
    • Al realizar este paso, nadie sugiere que elabores un presupuesto insostenible. Compáralo con ponerte a dieta: si tratas de restringir las calorías en exceso, ¿qué es lo primero que debes hacer? Eliminar las donas, ¿verdad? En esto, la clave es ser realista.
    • ¿Gastas tu dinero en la membresía de un gimnasio que nunca usas a pesar de tener la intención de hacerlo? ¿Qué pasa con los $4 al día que gastas todos los días en el café que tomas por la mañana antes del trabajo, o con tu hábito de tomar 5 latas de gaseosa de dieta al día? Lo más probable es que tu presupuesto tenga un poco de grasa que puedas reducir. Al final de este ejercicio, debes concebir una cifra, un monto de dinero que puedas destinar a pagar parcialmente la deuda, así que anótala.
    • Anota esa cifra a diario, pero si no quieres seguir anotando todos tus gastos, entonces solo apunta lo que gastas cada día en las categorías cuyo consumo trates de reducir. Esto te dará una idea muy clara de lo bien que te va. Además, ello puede ayudarte en la decisión de no realizar una compra si sabes que vas a sobrepasar el monto presupuestado.
  7. Imagen titulada Get Out of Debt Step 6
    7
    Estima el monto adeudado, a quién le debes y en qué condiciones. A menudo, la deuda puede ser agobiante porque no tienes realmente una idea clara de cuán endeudado estás. Reúne tus facturas y elabora una hoja de cálculo o lista simple de todas las deudas que tengas. Anota todos los datos pertinentes, incluso el nombre del acreedor, saldo total, pago mínimo mensual y tu tasa de interés.
  8. Imagen titulada Get Out of Debt Step 7
    8
    Empieza a saldar tu deuda. Toma el dinero para el pago parcial de la deuda que recortaste de tu presupuesto en el paso 4 y utilízalo para reembolsarla. Te recomendamos priorizar las deudas a las cuales vas a destinar este dinero adicional.
    • ¿Tienes deudas atrasadas y tus acreedores se la pasan en tu puerta exigiendo su pago? ¿Tienes deudas con tasas de interés muy altas? Entonces, ten en cuenta estas prioridades. Digamos que decidiste en el paso 4 que podías recortar sin problema un adicional de $250 de tu presupuesto mensual para destinarlo a pagar las deudas, y que según tu lista de estas del paso 5, debes $2.000 de una tarjeta de crédito de la tienda que tiene una tasa de interés de 19,5%, $1.000 de Visa con una tasa de interés de 11,5% y $25.000 en préstamos estudiantiles con una tasa de interés de 5%. Entonces, tendrías que pagar el monto mínimo de las deudas con tasas de interés bajas y utilizar gran parte de los $250 para pagar la tasa de interés más alta; en este caso, el 19,5% de la tarjeta de crédito de la tienda, a pesar de que el costo real de los intereses de los préstamos estudiantiles sea más alto.
    • Además, considéralo si ya estás realizando un pago mínimo de $50 de dicha tarjeta con un interés alto. Si empiezas a enviar $300 por mes (el monto mínimo que ya estás pagando más el dinero para el pago parcial de la deuda), una vez que termines de pagar, entonces habrás aumentado la cifra para el pago parcial de la deuda. El próximo acreedor podrá obtener el monto que ya percibe más $300 y cada deuda se hará más fácil de cancelar que la anterior.
  9. Imagen titulada Get Out of Debt Step 8
    9
    Lava, enjuaga y repite. Es una broma, pero sirve para darte una idea. El proceso se vuelve más fácil. Una vez que estimes los gastos y las deudas que tengas, seguir así se hará cada vez más fácil. Mejorarás tu presupuesto con el tiempo, incrementarás el dinero que puedas pagarte a ti mismo (mira los consejos a continuación), así como el dinero que puedas destinar al pago de la deuda. Continúa saldando cada deuda en tu lista de prioridades. A medida que saldes las tarjetas convenientes y las tarjetas de crédito con una tasa de interés alta, llama a las empresas de las tarjetas de crédito y cancela dichas cuentas.
  10. Imagen titulada Get Out of Debt Step 9
    10
    No te rindas. Lo más probable es que tu endeudamiento no sea de un día ni que salgas de ello en un día. Las soluciones rápidas no duran, sin embargo, aprender a administrar tu dinero puede traer mucha tranquilidad a tu vida y podrás dedicar tus esfuerzos mentales a cosas más divertidas.


Fuente: Wikihow

9 formas de reducir gastos familiares


Quieres saber la forma para ahorrar gastos familiares? aquí tengo algunos tips para ti!



Recorta gastos superfluos

¿Puedes encontrar un servicio más barato para tu teléfono celular o para el acceso a Internet? ¿Te ayudaría refinanciar tu casa o los pagos de tu auto? ¿Puedes cancelar el servicio de llamadas a larga distancia y hacerlas usando tarjetas prepagadas? ¿Aprovechas de verdad la membrecía en un gimnasio, o podrías hacer ejercicio simplemente caminando o jugando baloncesto en un parque público? Podrías considerar mantener sólo un vehículo para todo la familia y ahorrar en seguro, gasolina y reparaciones. Y pregúntale a tu compañía de la luz y de gas cómo puedes reducir tus pagos. A veces basta con bajar un poco el termostato del calentador, o instalar salidas de agua más reducidas y eficaces en llaves y duchas. 

Vigila tus tarjetas de crédito

Si los pagos a las tarjetas de crédito se comen una buena parte de tu presupuesto mensual, trata de consolidar tus deudas o de conseguir un interés más reducido. (Encontrarás muchos consejos para reducir tu deuda en tarjetas de crédito aquí.) 

Planea vacaciones baratas

En lugar de ir a un hotel puedes viajar con otra familia y alquilar una casa. Suele ser más barato y además les permite cocinar y ahorrarse el gasto de restaurantes. Otras ideas: viaja cerca para evitar tomar un avión. Lleva contigo una heladera portátil con sandwiches, bebidas y otros refrigerios, para no tener que almorzar siempre en restaurantes. Vete de camping. 

Monta una cooperativa

Monta una cooperativa culinaria con tus vecinos y amigos: cada familia cocina la cena para las otras dos o tres familias un día a la semana. Esto ahorra tiempo, crea un sentimiento comunitario e introduce a los niños a mayor variedad de comidas. Además ahorra dinero porque es más barato comprar comida en cantidades grandes (¡sin que eso signifique comer lo mismo dos semanas seguidas!) 
Una cooperativa para cuidar niños también es buena idea. Puedes intercambiar con unos amigos que vivan cerca el cuidado de los niños: una tarde o noche cuidas tú a todos y la otra, ellos cuidan a todos. Así te ahorras pagar una niñera y, además, te quedas tranquila sabiendo que dejas a tus hijos con alguien de toda confianza. 

Evita comer fuera

La familia media en Estados Unidos come en restaurantes cuatro veces a la semana, lo cual se lleva una buena parte de su presupuesto. Puedes ahorrar mucho dinero con algunos ajustes que no son demasiado difíciles. Llévate tu almuerzo al trabajo cada día. Los fines de semana, prepara un picnic para comerlo en un parque o en la playa. Llévate merienda cuando visites el zoo o cuando vayas a un parque en lugar de comprarla en la cafetería. Compra un termo individual para llevarte café de casa en lugar de comprar todos esos cafés tan de moda pero tan caros (¡una lectora de BabyCenter calculó que al romper el hábito que tenían ella y su esposo de comprar cafés en cafeterías diariamente ahorraron 2.000 dólares al año!) 

Encuentra diversiones más baratas

Ve al cine por las mañanas, alquila películas en lugar de ir al cine, o pídelas prestadas en tu biblioteca local para que te salga absolutamente gratis. Considera si realmente necesitas televisión por cable cuando puedes alquilar tus películas y series favoritas en DVD. 

También puedes ahorrar mientras pasas un rato divertido con tu familia si organizas una noche de juegos de mesa cada semana (en lugar de salir a un cine o a cenar), o si preparan juntos tarjetas de felicitación o incluso regalos en lugar de comprarlos. 

Compra inteligentemente

El mayor gasto mensual es la comida, pero hay muchas formas de reducirlo. Puedes comprar al por mayor, usar cupones y tarjetas de descuento. Encontrarás muchas ideas más en nuestro artículo para llenar más tu cesta de la compra con menos dinero

Para ropa, equipo del bebé, muebles y productos similares, visita tiendas de segunda mano o utiliza páginas web que venden cosas usadas. En las tiendas mismas, puedes pedir que te vendan los muebles o electrodomésticos que están en el escaparate o en la propia tienda como modelo. Seguro que ni siquiera notarás una rascadita en la cabecera de la cama una vez la tengas instalada en tu dormitorio, pero ese pequeño desperfecto puede reducir mucho su costo. 

También puedes frecuentar las escuelas de cosmética y peluquería, en lugar de ir a un peluquero muy caro. En muchas escuelas ofrecen servicios como cortes de pelo o tratamientos faciales a precios muy reducidos. 

Controla tu presupuesto

Deposita de antemano en un sobre o en una cuenta bancaria el dinero que sabes que vas a necesitar para gastos fijos. Por ejemplo, puedes decidir que vas a gastar X cantidad de dinero cada mes en comprar comida y dividir esa cantidad en cuatro sobres con cantidades iguales cuando cobres tu sueldo. Así, cuando vas a comprar llevas ese sobre y es más fácil que te ajustes a tu presupuesto y minimices tus gastos si ves que te estás sobrepasando. Puedes hacer lo mismo con otros gastos, por ejemplo, el dinero designado para diversiones. Si a mediados de mes ves que ese sobre está quedándose sin nada, podrás enfocarte las últimas dos semanas en diversiones gratis como ir a la bilioteca o a un parque, o invitar a tu casa a los amiguitos de tu hijo para que disfruten sin gastar un centavo. 

También puedes usar ese sistema con gastos grandes como la hipoteca, la luz o los impuestos por bienes raíces. Calcula lo que te cuestan cada año, divídelo entre doce y abre una cuenta bancaria sólo para estos gastos. Cuando cobres tu sueldo, ingresa inmediatamente en esa cuenta la cantidad que necesitarás ese mes para pagar estos gastos. Así nunca te encontrará sin fondos a la hora de pagar una cuenta grande como los impuestos. 

Dedica tiempo

Crear y mantener un presupuesto, buscar las mejores ofertas, recortar y organizar cupones de descuento, cocinar, dibujar tarjetas de cumpleaños y otras actividades similares lleva tiempo. Pero cuando veas los ahorros que se van acumulando en el banco y sientas el alivio de llegar a fin de mes sin apreturas, posiblemente concluyas que merece la pena el esfuerzo.


Fuente: Babycenter.com

14 formas de llenar la bolsa de la compra por menos dinero



¿Estás tratando de reducir el presupuesto familiar? Quizás no puedas reducir el gasto de la hipoteca o el alquiler de un día para otro, pero sí que puedes gastar menos en comida con estas ideas para comprar más por menos. 





Al ir a la compra

1. Ve a la tienda sola… y después de comer 
Para evitar las compras impulsivas, ve al supermercado sin hambre y sin niños. Así no te entrarán tantas ganas de comprar comida porque parece apetitosa, y tus hijos no te distraerán pidiéndote todo lo que les llama la atención. Al estar tranquila, podrás comparar precios y limitarte a comprar lo que está en tu lista de la compra. 

2. Entiende cómo funcionan las tiendas¿Has notado que a menudo los productos esenciales, como los pañales, están al fondo de un supermercado? Así te fuerzan a pasar frente a muchos productos que no necesitas para que te entre la tentación de comprarlos. Estas sencillas estrategias te ayudarán a ahorrar: 

  • Anda deprisa hacia el área donde está lo que necesitas sin distraerte por el camino.

  • Piensa dos veces si de verdad necesitas los productos que están “de oferta” en los extremos de cada pasillo. Muchas veces no ofrecen verdaderos ahorros. 

  • Revisa los precios de los productos que están en los estantes más bajos y compáralos con los que están al nivel de tu mirada, que pueden ser más caros.

  • Intenta no comprar los productos que están junto a la caja registradora, porque la mayoría salen caros. Las galletas cuestan mucho más en paquetes pequeños y las revistas son más baratas si te suscribes que si las compras de una en una.

3. Compra marcas genéricas o de la propia tienda 
Muchas cadenas de supermercados ofrecen productos de su propia marca que son iguales a los de otras marcas mucho más caras, exceptuando el paquete. Si es un alimento, comparar las etiquetas con información nutricional te dirá si hay diferencias importantes. 

4. Fíjate en el precio por unidad 
Al comparar productos, fíjate en el precio por unidad si es que lo dan (por ejemplo, cuánto cuesta el producto por kilo o cualquier otra unidad medida). Así sabrás lo que te sale más barato, independientemente del tamaño o forma del paquete. Compra el producto que te ofrece más por menos. 

5. Utiliza cupones y tarjetas de descuento 

Muchas tiendas ofrecen tarjetas con descuentos especiales que también te pueden ahorrar dinero, así que asegúrate de preguntar si la ofrecen en las tiendas en las que compras habitualmente. Revisa los anuncios en periódicos o en los folletos de tu supermercado habitual para recortar cupones de descuento y mantenlos en tu coche o en tu bolso bien organizados, para tenerlos siempre a la mano cuando los necesites. 

6. Compra al por mayor 
Aunque no tengas una familia muy grande, comprar al por mayor te va a ahorrar dinero si sigues estos consejos: 

  • Lleva una lista de la compra para no acabar comprando una televisión o un paquete con 200 lápices que realmente no necesitas, simplemente porque estaban a muy buen precio.

  • Compra productos que no se estropean y que sabes que vas a usar con seguridad, por ejemplo, papel higiénico, productos de limpieza, pañales y comida en lata.

  • Si compras productos perecederos, como por ejemplo, bandejas grandes de pollo o filetes, al llegar a casa, sepáralos en paquetes más pequeños y congélalos.

  • Comparte las compras y la cuenta con otra familia, así ambas se ahorrarán tiempo y beneficiarán de mejores precios sin acumular un exceso de productos.

Al planear tus compras

1. Planea menús con productos de temporada 
Si planeas tus menús basándote en productos de temporada en tu área te ahorrarás el precio extra de los productos importados. Si vas a comprar una vez a la semana, utiliza los productos frescos en los primeros días y escoge recetas basadas en productos no perecederos para finales de la semana. 

Si tienes que tirar a menudo verduras y frutas que se han estropeado, considera comprarlos en lata o congelados. Cuando los han empaquetado durante la temporada punta y no han añadido sal ni azúcar son igual de nutritivos, y el hecho de que no se estropean a la larga te puede ayudar a ahorrar. 

2. Planea menús semanales 
Planear lo que vas a cocinar toda la semana te ayudará a elaborar una lista de la compra más precisa y a evitar las compras impulsivas y caras de última hora. 

3. Aprovecha las sobras 
Haz pollo asado para la cena del lunes, utiliza unos trozos de la carne para hacer una ensalada el martes, y el miércoles añádele lo que quede a unas verduras para hacer un guiso o una sopa. 

El pan seco se puede transformar en pan rallado para rebozar. Un plátano muy maduro se puede batir con yogur y fresas para hacer una bebida deliciosa y nutritiva. Los restos de verduras se pueden usar en sopas y la pasta que sobró de la cena puede solucionarte la comida de tu hijo pequeño al día siguiente. 

4. Cultívalo tú 
Las hierbas frescas son bastante caras y la mayoría de las recetas solo requieren una pequeña cantidad, por lo que a menudo acabas tirando el resto del manojo cuando se ha pasado. ¿Por qué no pruebas a plantar unas macetas con hierbas en la repisa de la ventana de la cocina? Cuando necesites tomillo, perejil, cilantro o romero, te bastará con arrancar unas ramitas y, entre tanto, te alegrarán la cocina. 

Si tienes jardín, un balcón o un patio, puedes utilizar macetas más grandes para plantar tomates o lechugas, que además de prácticas son muy ornamentales. Con un poco de agua y sol, tendrás un jardín muy bonito y más dinero en tu cartera. 

5. Disfruta de cenas románticas en casa 
Si estás deseando pasar una velada romántica con tu pareja, pero te asusta la cuenta del restaurante, con un poco de imaginación y preparación, la puedes hacer en casa. Después de dormir al bebé, prepara una cena especial, enciende unas velas, apaga las luces y disfruta de un rato tranquilo con tu pareja. Lo que te ahorres en niñera lo puedes gastar en algunos ingredientes especiales.

Al cocinar

1. Cocina y congela 
Haz cantidad doble de las recetas que se congelan bien como lasaña o cocido y guarda la mitad para otro día. Es más barato comprar ingredientes en cantidades grandes, así que ahorrarás dinero, además de tiempo. (Lee aquí más consejos sobre cómo congelar la comida). 

2. Hazlo tú misma 
Un pastel hecho en casa es mucho más barato que si lo compras en la pastelería. Las salsas preparadas son mucho más caras (y generalmente menos sanas) que ponerle a la ensalada un chorrito de aceite y vinagre. Puedes batir la comida familiar para preparar deliciosas papillas para tu bebé, que son mucho más económicas que los botecitos comerciales. 

Eso no quiere decir que tienes que hacer absolutamente todo tú, hay productos preparados como la mayonesa, que pueden salirte mejor de precio, pero por regla general, cocinar te ahorra dinero. 

3. Come menos carne 
La carne suele ser lo más caro de la compra y además los nutricionistas insisten en lo importante que es comer verduras. Si introduces algunas recetas vegetarianas en tu repertorio gastarás menos y tendrás una dieta más nutritiva. 


Fuente: Babycenter.com

10 ideas para ahorrar dinero



A continuación podrás leer diez útiles consejos que te ayudarán a ahorrar dinero, ya sea para proyectos especiales, la educación de tus hijos, tu jubilación o las emergencias familiares que puedan ocurrir. 




Anota tus gastos durante un mes

Ahorrar dinero no es tan complicado como parece, pero antes de recortar tus gastos, necesitas saber exactamente en qué se te va el dinero.

Para averiguarlo, anota durante un mes tus gastos diarios, semanales y mensuales. Puedes hacerlo en una aplicación móvil o en una libreta que lleves siempre contigo en el bolso. Es muy posible que te lleves una sorpresa. 

Una vez que te des cuenta en qué gastas el dinero, puedes decidir qué cosas son necesarias y de cuáles puedes prescindir. Ese café que te compras camino al trabajo o el agua mineral embotellada que sueles beber, pueden llegar a sumar una cantidad considerable al final del año, que te podrías haber ahorrado con un poco de planificación. 

Puedes por ejemplo, salir siempre de casa con una botella llena de agua de la llave o comprándote un termo para llevar al trabajo café hecho en casa. Si en tu trabajo cuentan con una máquina para hacer café, otra opción es esperar a llegar a las instalaciones de tu empleo, para tomarte el ansiado cafecito.

¿Y qué tal esa hermosa ropita de bebé que compras con tu tarjeta de crédito? Piensa en los intereses que te cobran cada mes si no pagas la totalidad de las compras. No creas que ya no podrás disfrutar de tu cafecito diario ni vestir a tu bebé con esas fantásticas prendas de moda. ¡Claro que lo puedes hacer! Lo importante es buscar alternativas que te permitan ahorrar. Plantéate el objetivo de gastar un poco menos y ahorrar un poquito más cada mes. Si lo piensas así, a lo mejor tendrás más motivación para evitar los gastos innecesarios. 

Págate a ti primero

El secreto para convertir el ahorro en un hábito es darte prioridad a ti. Esto no quiere decir que compres todo lo que te llama la atención, sino que te pagues a ti cada mes al igual que pagas a todos tus acreedores habituales. 

Plantéate un objetivo realista a largo plazo y luego “págate” guardando una cantidad de dinero fija en una cuenta de ahorros o de inversiones. Asegúrate de hacerlo el mismo día de cada mes (por ejemplo, cada día 10 del mes). Si te esperas a fin de mes para ver lo que te queda, probablemente te encontrarás con que no te queda gran cosa. 

La forma más fácil de hacer esto es programar una transferencia automática de una parte de tu salario, por muy pequeña que sea, desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorros, un fondo de pensiones o una cuenta de ahorro para la universidad de tus hijos. Tu meta es hacer del ahorro un hábito tan arraigado que ya no puedas imaginarte tu vida sin él. Al final de cada mes tendrás la satisfacción de saber que has conseguido proteger tu futuro y el de tu familia un poco más que antes. 

Planifica tus transferencias por etapas

La mayoría de los fondos de pensiones, como el IRA (siglas en inglés de Individual Retirement Accounts o Fondos Individuales de Pensiones), las cuentas de ahorro para la universidad u otras opciones para ahorrar, te permiten escoger la fecha para la transferencia automática desde tu cuenta corriente. Planifica estas fechas de modo que sepas que no te van a transferir dinero el mismo día a varias cuentas. 

Si te pagan cada dos semanas, programa una transferencia cada dos semanas. Si trabajas por cuenta propia y el dinero te llega de forma irregular, planifica dos fechas en mitad del mes, cuando no sueles pagar la mayoría de tus cuentas.

Reduce tus deudas

Liquidar tus deudas es una de las mejores formas de ahorrar dinero, porque el interés que pagas en la mayoría de los préstamos (especialmente en las tarjetas de crédito), es mucho más alto que el que ganas en la mayoría de las cuentas de ahorros. Así que reduce tanto como puedas tus deudas en tarjetas de crédito, préstamos de estudiante, préstamo para comprar el auto y cualquier otra deuda que puedas tener, para poder ahorrar mucho más. La única deuda grande que es razonable tener durante mucho tiempo es la de una hipoteca inmobiliaria. 

Conviértete en tu propio agente de préstamos

Cuando acabes de pagar un préstamo, continúa haciendo pagos mensuales, ¡pero a ti! Programa una transferencia automática de la misma cantidad desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorros o a un fondo de inversiones.

Motívate con un objetivo concreto

Decide qué es lo que de verdad quieres o necesitas (un sofá nuevo, un nuevo celular, unas vacaciones) y averigua lo que cuesta. Después márcate una meta realista, por ejemplo, date seis meses para ahorrar lo suficiente. Pon fotos de tu objetivo en el refrigerador o en tu billetera. Cada vez que te entren ganas de comprarte unos zapatos nuevos o comprarle a tu hijo un juguete más, que realmente no necesita, mira la foto y pregúntate si deseas tanto este capricho como el objetivo para el cual estás ahorrando. 

Abre una cuenta de ahorros que no puedas tocar

Ahorra para gastos más grandes, como el enganche de una casa o un auto, abriendo certificados de depósito. Estas cuentas bancarias no suponen ningún riesgo y ofrecen una tasa de interés más alta que las cuentas de ahorros normales, pero el dinero debe permanecer en el certificado de depósito durante un periodo de tiempo determinado (si lo sacas antes de tiempo, has de pagar una penalización). De esa forma, no puedes tocarlo cuando te entra la tentación de comprarte algo que no necesitas de verdad. 

Llena un frasco con monedas sueltas

Pon un frasco grande y de boca estrecha (para que no puedas meter la mano) en un lugar bien visible, y vacía allí cada noche las monedas que llevas en la billetera. Cuando el frasco esté lleno, puedes hacer paquetitos tú misma (en los bancos te darán los papeles para envolver las monedas) o usar las máquinas de contar cambio que se encuentran en algunos supermercados, para que te cambien las monedas por billetes. Al cabo de unos meses, este dinerito puede bastar para pagar un regalo de Navidad o la membresía en un gimnasio, por ejemplo. 

Ahorra los ingresos extras

Cada vez que recibas una cantidad de dinero extra, por ejemplo, una devolución de los impuestos, un pago que se había retrasado mucho, un bono en el trabajo o un regalo monetario, ingrésalo en tu cuenta de ahorros. O, si tienes deudas, úsalo para pagar tus tarjetas de crédito y préstamos, o para hacer un pago extra a tu hipoteca (al dinero capital, para que se reduzca la cantidad de interés que pagas a lo largo de los años). 

Recorta la gasolina

La gasolina es cara y cuanto menos uses, más ahorrarás. Si no puedes comprar un auto que use menos gasolina, trata de manejar con menos frecuencia. 

Haz turnos con otras mamás y papás para recoger a los niños de la guardería o con compañeros de trabajo para ir y volver del trabajo. Planifica tus mandados de modo que puedas hacer varios en la misma zona a la vez. Siempre que puedas, camina entre una tienda y otra o usa transporte público. Y para tus próximas vacaciones en coche, considera viajar a un lugar cercano. 

Fuente: babycenter.com